Los “garabatos”o groserías eran, hasta hace poco tiempo en Chile, palabras que no se decían en público, especialmente en los estratos medios y altos. A las mujeres se les enseñaba a excluirlas de su vocabulario y a los hombres, a evitarlas delante de ellas y de los mayores: “por respeto”. La televisión usaba unos “bip-bip” para reemplazarlos, la radio se los saltaba al editar sus grabaciones y la prensa escrita, salvo los periódicos muy transgresores, los excluían de sus páginas.En no más de cinco años, el panorama cambió radicalmente y la moda impuesta o reflejada por los medios de comunicación, no sólo dejó a la vista todo lo que antes se ocultaba, sino comenzó a destacar aquello con especial regocijo ¡Y pobre del que se oponga! A ese se le tilda con apodos burlescos que aluden a su incapacidad de evolucionar con la rapidez que requiere el mundo actual.
Mujeres Periodistas
Una mirada femenina y periodística del medio en que vivimos. Puede haber más y diferentes...
sábado, 20 de septiembre de 2008
Asesinato de imagen "a la chilena"
viernes, 19 de septiembre de 2008
Alimento poco tradicional para el espíritu
Aunque parezca increíble, los programas de cocina, constituyen hoy una de las opciones televisivas más cercanas a la alimentación del espíritu. A juicio de muchos, estos producen cierto grado de relajación y permiten encontrar la paz interior, después de un día de tensión y ruido.
La falta de belleza o profundidad en la selección y tratamiento de temas menos concretos, es tan grande que no queda más que gozar mirando un sofisticado plato de comida.
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jueves, 7 de septiembre de 2006
Manejo del dinero: Orgullo y perjuicio
Muchas generaciones de chilenos fueron educadas en la cultura del ahorro que se iniciaba con la apertura, al nacer, de una libreta del Banco del Estado, sucesor de la Caja de Ahorros. Así se enseñaba a los niños, apenas crecían un poco, que debían depositar los pesos que reunían en su alcancía: un chanchito de greda o un buzón con llave, que sólo se abría cuando estaba repleto de monedas. La cultura del ahorro y el pago oportuno de las cuentas era motivo de orgullo para los nacidos en este país y constituía un signo de honestidad.
Al contrario de lo que antes ocurría hoy ,por intereses comerciales de algunas empresas, personas que no son de su familia incentivan en los jóvenes el endeudamiento, mediante la apertura de tarjetas de crédito, antes que siquiera tengan los ingresos suficientes para pagar sus mensualidades. Se forma así una cultura de la deuda y de la irresponsabilidad, ya que lo que ellos gastan deben pagarlo sus padres, por temor a que se manchen los antecedentes comerciales de sus ingenuos hijos.
jueves, 24 de agosto de 2006
El peligro de buscar la belleza actual
Una reciente encuesta internacional, que también se realizó en nuestro país, determinó que sólo el 2% de las chilenas está contenta con su apariencia física, una de cada cuatro dice estar gorda y un alto porcentaje ha pensando hacerse una cirugía estética, entre ellas las adolescentes.
El 70% de las chilenas declara que la publicidad y los medios de comunicación han impuesto un modelo de belleza imposible de alcanzar.
Las consecuencias de este fenómeno son, entre otras, un aumento creciente de los cuadros ansiosos, un alto consumo de ansiolíticos; mayor cantidad de cuadros de depresión; un aumento de los casos de bulimia y anorexia y crecientes adicciones, no sólo al alcohol .
El quinto poder: un consumidor bien informado
Una información fidedigna es indispensable para tomar buenas decisiones, de cualquier naturaleza. Conocer aquello que ocurre en nuestro entorno, es una tarea cada vez más compleja y supera nuestra capacidad de observación directa. Por eso usamos, y confiamos, en los medios de comunicación o “cuarto poder del Estado”. Sin embargo, es importante mantener una actitud conciente, saber cuál es la inspiración ideológica o económica que éstos tienen y qué imágenes o productos nos quieren vender.
El consumidor común muchas veces desconoce esta realidad y asimila con inocencia lo que el medio le dice, interpretándolo como una verdad absoluta, sólo porque “salió en los diarios”. Esto produce a veces injusticias, ya que puede deformar la visión de los hechos y de las personas involucradas en éstos.
Alerta frente a la información
Los medios de comunicación para financiar sus productos se valen, principalmente, de la publicidad. Por esta razón, permanecen divididos entre su misión social de informar y los intereses de sus clientes, a quienes no pueden descuidar si desean continuar subsistiendo. Esto hace que muchas veces los editores, que eligen los temas que se van a tratar y lo que se va a decir o callar sobre éstos, sean presionados por las gerencias comerciales de sus empresas. Se trata de lograr que destaquen aquello que directa o indirectamente favorece el consumo de los productos que ofrecen los avisadores del medio informativo, sean o no beneficiosos para los receptores de la información.
En la misma medida que los editores ceden a esta presión y hacen prevalecer los intereses de sus clientes por sobre los de sus lectores o teleauditores, la sociedad entera puede ser conducida a consumir aquello que no la beneficia y más bien le daña. Un ejemplo son los artículos que promueven la compra de elementos nocivos como el cigarro, la comida chatarra o alimentos que tienen productos químicos cancerígenos.
Facilidades para no estudiar
Dicen que "Lo que natura non da Salamanca non presta", aludiendo a la necesidad de contar con ciertas condiciones intelectuales para estudiar en la universidad. Lo recordé hace poco, cuando un alumno de periodismo confesó a su profesor, en mi presencia, que no tenía facilidad para escribir, ni menos para leer.
Aunque el reconocimiento de su inhabilidad para esta profesión me quedó claro de inmediato, me pareció increíble que cursara el cuarto año de la carrera ¿Cómo había ingresado a estudiar allí si no tenía habilidades para escribir? ¿Cómo había permanecido y aprobado los cursos durante tanto tiempo?
La primera respuesta me la dio sin querer un profesor de planta de esa escuela, cuando le pregunté sobre el examen de selección para entrar a primer año: "Sólo se conversa con ellos, para detectar si tienen problemas psicológicos-me dijo- pero ya no hay pruebas de habilidades de lenguaje, ni de actualidad, como antes. La matrícula ha bajado mucho y no hay que poner problemas".
El despido inesperado: una práctica inhumana
Uno de los momentos más difíciles de enfrentar para el afectado es aquel en que se le despide del trabajo. En algunos casos es algo que se ve venir, por incompatibilidades con su superior o algún desacierto en el desempeño de las funciones. En otros, los peores, el despido es inesperado ya que el jefe o la empresa, con una falta de transparencia enorme, pese a que hace tiempo quiere eliminar al trabajador nunca se lo ha siquiera insinuado. Conozco casos en que hasta se ha felicitado quince días antes al empleado por su desempeño y, luego, se le ha “desvinculado de su trabajo” como se dice elegantemente hoy, de un minuto a otro, en un acto que puede aparecer algo sádico.
Lamentablemente, en Chile en los últimos años se ha convertido en una moda esta forma de proceder. A criterio de muchas empresas, es mejor que el afectado no sepa lo que viene: para que no cuente a los estamentos superiores los problemas que se viven al interior de su sección o departamento; para que no desprestigie a su jefe, si lo hace mal; para que no alcance a llevarse la información que podría ser de interés: sus últimos trabajos, sus nuevas ideas y todo aquello que podría ser de utilidad para el organismo o entidad en que se desempeña y está almacenado en el computador o en archivadores. La idea es no correr el riesgo de que el empleado haga algo que los afecte a ellos de cualquier manera. Por eso, el mes de aviso, establecido por la ley para echar a un trabajador, se le da en dinero y se le pide en la mañana que en la tarde vuelva a su casa, definitivamente.
jueves, 3 de agosto de 2006
¿Somos monstruos ?
Los seres humanos a menudo sorprenden con su violencia. El impacto que ésta produce cuando se conoce directamente o a través de los medios de comunicación, hace sufrir a algunos y a otros, disfrutar en forma morbosa, sin que siquiera tengan conciencia de ello. Esa es la razón por la que se informan en la televisión y los diarios, hasta los últimos detalles de los crímenes más horrorosos, cuyo sólo anuncio nos deja atónitos.
Los episodios últimos de la guerra en Oriente Medio muestran los extremos a los que se puede llegar en una confrontación en que el fin parece, a los involucrados, justificar los medios. La muerte masiva de niños produce repulsión a cualquier persona bien inspirada al igual que la de tantos otros inocentes que viven allí o están en misión de paz, para buscar una solución al conflicto.
viernes, 28 de julio de 2006
Evolución de la prensa femenina: el difícil despertar de la bella durmiente
Las mujeres constituyen, según el Censo 2002, un poco más de la mitad de los chilenos. De ellas, un tercio son jefes de hogar y casi se ha duplicado en los últimos diez años, el número de las que han pasado por la educación superior. [1]Sin embargo, aún hay quienes creen, con o sin razón, que se les puede mantener en calidad de bellas durmientes o en estado vegetal, como se diría ahora, a la espera de un príncipe que solucione sus problemas.
La droga para lograr este sopor se canaliza, en parte, a través de los medios de comunicación que, con el fin de acrecentar la publicidad que los sustenta, les entregan contenidos adormecedores y las mantiene entretenidas con una promoción cada vez más abundante de productos de consumo; dietas para adelgazar, muchas veces innecesarias; comentarios sobre la vida privada de nobles o artistas; y la teleserie de turno.
Leer o escuchar estos contenidos no hace ningún daño a quienes están en estado de alerta y saben los intereses que se mueven tras ellos, pero pueden convertir en marionetas a quienes no los conocen e invierten su tiempo y energía en aplicar todo lo que se dice o recomienda en la publicidad o en los artículos más livianos.A veces, incluso, puede llevar su salud a límites inconvenientes.
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viernes, 19 de mayo de 2006
Redes de apoyo para críar a los niños
En un periódico de alta circulación, uno de los editorialistas y ex candidato a la Presidencia de la República, invita a discutir un tema interesante en relación con la iniciativa del Gobierno de crear redes de apoyo para que las familias que necesitan dejar a sus niños mientras trabajan. Al plantear el problema surgen en él varias dudas que merecen un análisis.
Bajo el título ¿Más Estado o más familia? dice entre otros: ¿No sería mucho mejor que el dinero que se usará para crear salas cunas, se destinara a subsidiar a las mamás que quieran cuidar a sus propios hijos? ¿O que las mamás elijan dejar sus niños con abuelas u otras instituciones privadas que reciban un subsidio estatal? ¿Dónde va a estar más resguardada la calidad de vida familiar, el cariño, el afecto y por consiguiente la formación de destrezas y su propia educación en la casa o en el jardín infantil? Y termina diciendo que entre el Estado y la familia el propone más familia.
Actuar sin conciencia no es hombría
Con frecuencia vemos en diarios y televisión, los accidentes producidos por el consumo excesivo de alcohol. Todos comentan y se admiran de lo que sucede. Pero pocos hacen algo concreto para evitarlo. Se espera hasta que ocurra el próximo episodio trágico,para repetir las mismas observaciones.
El gran aumento de publicidad que incentiva el consumo de vino y también licores más fuertes, no hace más que contribuir al ya tradicional vicio. En una cultura que asocia el alcohol con la hombría, no falta el muchacho que cree que si no se emborracha es “para el otro lado”. De esta forma, se siente en la obligación moral de demostrar lo contrario, como si fuera un atributo positivo convertirse en un bulto y perder la voluntad hasta exponerse a que otros hagan con él lo que deseen. O que él haga con los demás lo que no desea.
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