viernes, 19 de mayo de 2006

Redes de apoyo para críar a los niños

En un periódico de alta circulación, uno de los editorialistas y ex candidato a la Presidencia de la República, invita a discutir un tema interesante en relación con la iniciativa del Gobierno de crear redes de apoyo para que las familias que necesitan dejar a sus niños mientras trabajan. Al plantear el problema surgen en él varias dudas que merecen un análisis.

Bajo el título ¿Más Estado o más familia? dice entre otros: ¿No sería mucho mejor que el dinero que se usará para crear salas cunas, se destinara a subsidiar a las mamás que quieran cuidar a sus propios hijos? ¿O que las mamás elijan dejar sus niños con abuelas u otras instituciones privadas que reciban un subsidio estatal? ¿Dónde va a estar más resguardada la calidad de vida familiar, el cariño, el afecto y por consiguiente la formación de destrezas y su propia educación en la casa o en el jardín infantil? Y termina diciendo que entre el Estado y la familia el propone más familia.

Actuar sin conciencia no es hombría

Con frecuencia vemos en diarios y televisión, los accidentes producidos por el consumo excesivo de alcohol. Todos comentan y se admiran de lo que sucede. Pero pocos hacen algo concreto para evitarlo. Se espera hasta que ocurra el próximo episodio trágico,para repetir las mismas observaciones.

El gran aumento de publicidad que incentiva el consumo de vino y también licores más fuertes, no hace más que contribuir al ya tradicional vicio. En una cultura que asocia el alcohol con la hombría, no falta el muchacho que cree que si no se emborracha es “para el otro lado”. De esta forma, se siente en la obligación moral de demostrar lo contrario, como si fuera un atributo positivo convertirse en un bulto y perder la voluntad hasta exponerse a que otros hagan con él lo que deseen. O que él haga con los demás lo que no desea.