Los “garabatos”o groserías eran, hasta hace poco tiempo en Chile, palabras que no se decían en público, especialmente en los estratos medios y altos. A las mujeres se les enseñaba a excluirlas de su vocabulario y a los hombres, a evitarlas delante de ellas y de los mayores: “por respeto”. La televisión usaba unos “bip-bip” para reemplazarlos, la radio se los saltaba al editar sus grabaciones y la prensa escrita, salvo los periódicos muy transgresores, los excluían de sus páginas.En no más de cinco años, el panorama cambió radicalmente y la moda impuesta o reflejada por los medios de comunicación, no sólo dejó a la vista todo lo que antes se ocultaba, sino comenzó a destacar aquello con especial regocijo ¡Y pobre del que se oponga! A ese se le tilda con apodos burlescos que aluden a su incapacidad de evolucionar con la rapidez que requiere el mundo actual.
Una mirada femenina y periodística del medio en que vivimos. Puede haber más y diferentes...
sábado, 20 de septiembre de 2008
Asesinato de imagen "a la chilena"
viernes, 19 de septiembre de 2008
Alimento poco tradicional para el espíritu
Aunque parezca increíble, los programas de cocina, constituyen hoy una de las opciones televisivas más cercanas a la alimentación del espíritu. A juicio de muchos, estos producen cierto grado de relajación y permiten encontrar la paz interior, después de un día de tensión y ruido.
La falta de belleza o profundidad en la selección y tratamiento de temas menos concretos, es tan grande que no queda más que gozar mirando un sofisticado plato de comida.
Etiquetas:
Opinión,
televisión
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